domingo, septiembre 30, 2012

Retomando el Camino




Algún tiempo ha pasado, pero como el tema de este blog el tiempo carece de importancia, retomaremos la labor como siglos antes lo hicieran los maestros canteros.

miércoles, junio 08, 2005

Chartres en 1926...

Chartres 002

Gótico

El gótico salió, totalmente armado, de cerebros en posesión de un saber asombroso.

Para realizar la bóveda gótica y su "conjunto", hizo falta entender -muchos siglos antes de Monge- nada menos que una geometría descriptiva que permitiese, mediante un simple diseño en el suelo, no sólo las interpretaciones de volúmenes, rectos o curvos, sino además, el acorde de empujes y los apuntalamientos(bajadas de carga),
y ello por el simple juego de los desarrollos geométricos armónicos.

Aquella ciencia, que no se ha perdido, al menos en su parte material, fue enseñada a los constructores religiosos por los monjes del Císter; aquellos "misioneros del gótico", como les llamara Pierre du Colombier.
Los constructores de aquellos tiempos remotos la transmitieron a los aprendices de sus hermandades.

La "línea" de la concepción gótica, es dar a los hombres el instrumento racional de evolución hacia una mayor plenitud de sí mismos.

La ojiva del pórtico es el ejemplo más demostrativo de ello.

En el románico, en toda entrada del público se halla un nártex. Es un lugar de parada; un lugar de espera; un lugar de recogimiento; un lugar de purificación, pero de purificación que el hombre debe efectuar en sí mismo.
Con esfuerzo.

Con el gótico, desaparece el nártex. La ojiva del pórtico hace la labor. Endereza al hombre y, por lo mismo, le hace tomar conciencia de sí mismo. Ya no es un borrego el que entrará en la iglesia, sino bueno o malo, un hombre. La evolución está en marcha.
Maquinalmente.
Proseguirá, en el interior, hasta dar, si no la conciencia, al menos un cierto sentimietno "cósmico" que es ya un despertar.
No hay que engañarse: la catedral es "popular" -casi podríamos decir "laica"-, destinada al pueblo y no a aquellos que buscan deliberadamente un estado determinado.
Esto lo explica muy claramente San Bernardo en su famosa carta a Pedro el Venerable.
"El arte no es más que un medio, útil solamente a los simples y a los ignorantes, inútil y hasta nocivo a los sabios y a los perfectos. En consecuencia, los monjes deben dejar a los pastores de los pueblos el cuidado de cultivar la arquitectura...".
¡Se llegó a creer que rechazaba el arte! Gran error, siendo así que su Orden, que propagará el gótico, lo enseñará y que, de creer a Anne-Marie Armand, fue él mismo "quien concibió la catedral gótica en su más profunda significación". Y es verdad que ciertas coincidencias entre los desplazamientos de Bernardo y el inicio de las obras son sobrecogedoras...


Pero, ¿qué ciencia debía ser, pues, la de aquellos hombres, que concebían y construían para llegar a realizar, a tal escala, semejantes instrumentos de acción?.
Es concebible que esa piedra, "tan tensa que podría hacerse sonar con la uña", según expresión de Claudel, sea la réplica del dolmen y de su utilización de las corrientes telúricas.
Como en el dolmen, el edificio tiene contacto de agua con su pozo, que existe, originariamente, al nivel del coro de cada catedral.
Pero la catedral va más lejos. Se eleva en el aire. Se sume -y para ello se la hace muy alta- en las corrientes aéreas, en las lluvias del cielo, en las tormentas de la atmósfera, en las grandes corrientes cósmicas.
Recoge la luz, y la absorbe y la transforma...
¡ De tierra, de agua, de aire y de fuego!

¿Qué hornillo de atanor ha sido nunca tan completo para realizar la más bella de las alquimias humanas?
Pues se trata justamente de alquimia. Se trata precisamente de transmutación, no de metal, sino de hombre. De hombre al que se quiere conducir hacia una fase superior de humanidad.
Mas para que fuese eficaz era menester que el "instrumento" estuviese adapatado a la Tierra, al Cielo y al hombre.

En aquellos tiempos obscuros -y lo eran-, ¿de dónde podía venir, pues, aquel saber?


El gran Maese de los Templarios portaba el abacus, que es el bastón de los magisters de constructores...